
En su lucha imperturbable en la búsqueda de la verdad, el filósofo Platón bautizó a sus adversarios con el título de "sofistas", personajes despreciables por su inmoralidad (hacer lo injusto superior a lo justo), por su falsedad epistémica (preferir lo verosímil a lo verdadero) y por su codicia profesional. Sin embargo, los sofistas platónicos nunca se identificaron a sí mismos como tales ni eran llamados así por sus contemporáneos, salvo una rara excepción. Para los autores del siglo V y principios del IV a. C. (salvo Platón), los sofistas eran, sobre todo, los filósofos de la naturaleza, los poetas, los músicos o los llamados Siete Sofistas.