Conocido como uno de los novelistas más representativos del siglo XIX, José Tomás de Cuéllar también cultivó la poesía durante más de cuatro décadas. Su pluma recorrió los territorios interiores del hombre enamorado y mal correspondido, así como del joven que reflexiona sobre el sentido de la vida y se deja maravillar por los espectáculos cromáticos de la naturaleza. El recuerdo de su participación en la Batalla de Chapultepec de 1847 lo llevó a exaltar en versos su admiración por los héroes de la nación recién formada. Dedicó poemas a parientes, amigos y compañeros de las artes, las letras, el teatro, la milicia y la ciencia. Como en el resto de su obra, el humorismo va de la mano de la crítica social, por lo que aquí se reúnen los versos satíricos dirigidos a individuos connotados o a situaciones tan ordinarias como la mala digestión; a ellos se contrapone la solemnidad de las composiciones religiosas. El estudio preliminar que acompaña esta edición traza las coordenadas para comprender el sistema literario (autores, publicaciones periódicas, obras, asociaciones y tertulias) en el que se inscribe la variopinta producción de Cuéllar, el niño héroe que se volvió poeta.
